Relación entre la depresión y el cuerpo. ¿Estarán relacionadas?

por | May 1, 2020 | Actualidad | 0 Comentarios

Desde la visión actual que predomina en la salud se establece una clara distinción entre lo que es salud física y lo que es salud mental.

Esta división tiene profundas raíces en la forma de conceptualizar la existencia humana desde la ciencia, la que a su vez se sostiene originariamente en la filosofía cartesiana que divide mente (res cogitans) y cuerpo (res extensa).

Lamentablemente esto ha traído un estancamiento en las posibilidades de desarrollo de esta área al impedir un diálogo necesario que reconozca ambos aspectos como parte de un mismo fenómeno.

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Actualmente existen múltiples investigaciones que están intentando avanzar en esta dirección siendo el estudio de la depresión un área que nos muestra con claridad cómo el dolor emocional tiene un correlato directo con cambios corporales significativos.

Sin duda, alguna vez ha escuchado la expresión “tengo el corazón roto”, una afirmación no literal para comunicar un estado de dolor emocional intenso en base a un concepto corporal (rotura de hueso, ligamento o músculo-desgarro). Hoy en día sabemos según una importante cantidad de evidencia científica que la zona cerebral encargada de procesar el dolor físico y el dolor emocional es prácticamente la misma: El área dorsal de la corteza cingulada anterior. (Arciero, 2012)

Además la experiencia de dolor emocional (característico de la depresión), genera la liberación de un conjunto de sustancias bioquímicas que inducen cambios a nivel corporal. Esto debido a que es una emoción con valor de supervivencia, es decir adaptativo. De esta manera la emoción prepara al cuerpo para afrontar aquello que la gatilló. Esto se traduce en la liberación de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), la adenocorticotropa (ACTH), el cortisol, la hormona del crecimiento y la prolactina, capaces de inducir cambios cualitativos y cuantitativos en el sistema inmunológico, siendo el más importante, el incremento de la producción de citocinas (sustancia bioactiva pro-inflamatoria).

Comprendiendo la depresión como un estado prolongado de síntomas específicos, entre los que se encuentra el dolor emocional, la liberación de estas sustancias se vuelve una constante generando un impacto nocivo en la corporalidad. Uno de los más conocidos es el debilitamiento del sistema inmunitario y su efecto en la aparición o agravamiento de ciertas enfermedades y/o el nivel de recuperación que puede tener un paciente.

Sin embargo, en la actualidad diversos estudios nos indican que la presencia corporal desmesurada de sustancias bioactivas proinflamatorias, citocinas principalmente puede generar estados de inflamación crónica que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades como el Alzheimer, el cáncer, la ateroesclerosis, y la diabetes, además de en aquellas donde los procesos inflamatorios son la misma base de la enfermedad como el Crohn o la artritis reumatoide. (Sánchez, et. al.)

De esta manera el puente teórico para relacionar depresión y cuerpo, está conformado por las citocinas y de manera más específica por las interleucinas especialmente las proinflamatorias. Las interleucinas proinflamatorias interactúan con los Sistemas Endocrino, Noradrenérgico, Serotoninérgico y Dopaminérgico. En los modelos bidireccionales más actuales se considera que tanto la depresión, como el dolor (físico o social) y la inflamación son capaces de activar y modificar el equilibrio de las citocinas y viceversa. (Sánchez, et. al.)

En conclusión podría decirse que fenómenos emocionales podrían encontrarse a la base de importantes enfermedades a las que la medicina tradicional todavía no encuentra un tratamiento efectivo. 

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Sánchez, P.,Sirera, R., Peiró, G.& Palmero, F. (s/f). Estrés, Depresión, Inflamación y Dolor. Extraído el 20 de abril del 2019 de: http://www.robertexto.com/archivo18/estres_depre.htm

 

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Psicologos y Salud

 

“La causa del suicidio no es la depresión, la causa radica en la desesperanza”

Balbi

 

La OMS ha informado últimamente que una persona se suicida en el mundo cada 40 segundos, también dice que en los últimos 40 años la tasa de suicidios ha aumentado en un 60%, en algunos países está dentro de las tres primeras causas de muerte en personas de 15 y 40 años y en otros tantos está ubicado en el segundo lugar en personas entre los 10 y 24 años. Por lo tanto, estar consciente que cada día personas se suicidan y saber que la mayoría de éstos y éstas ocurren en la etapa de la juventud, es un problema grave que tenemos al cuál no se puede estar indiferente.

Sabemos también que es un asunto complejo, ya que el problema involucra factores sociales, psicológicos, culturales y ambientales, lo que implica un trabajo en conjunto para el levantamiento de investigaciones, intervenciones, educar a los jóvenes sobre el tema, generar mecanismos de prevención, re – pensar nuestra sociedad, etc.

Sin embargo, todos aquellos esfuerzo que se puedan estar haciendo en la actualidad no han arrojado resultados favorables, ya que la tasa de suicidios e “intentos de” aumentan cada día, por lo tanto hay que tomar nuevas direcciones que apunten a los sustancial del problema.

De todos los factores antes mencionados, aquellos que son psicológicos son los que determinan la toma de una decisión final, que para la persona que la vive en ese momento significa una única solución o posibilidad posible, ya que para tomar una decisión tan dolorosa hay que estar en un estado mental determinado.

No obstante, para el sentido común, una decisión de este tipo no cabe en lo que sería una decisión razonable, ya que está matizada de elementos religiosos y jurídicos, por lo tanto la persona que comete un acto de este tipo sería un individuo que no está en sus cabales, que está en un estado patológico, o que solo bajo su “trastorno” puede tomar una decisión así.

Creemos que lo que lleva a una persona al suicidio es principalmente la desesperanza, la poca expectativa en los proyectos de vida. En este sentido, nuestro aporte desde la psicoterapia es lograr en conjunto con la persona un re – encantamiento con la vida, a fecundar sentimientos menos dolorosos y a encontrar un sentido en su existencia.

“Hay viento, hay frío, hay niebla… y este mundo no me gusta, voy a saltar y a volar, ya no quiero vivir más, la vida es una mierda”

– Lilya

Ps. Alma Bascuñán

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