El efecto Pigmalión: la profecía autocumplida

por | Oct 3, 2019 | Actualidad | 0 Comentarios

 

El efecto Pigmalión fué acuñado en los años 60 del siglo pasado, por el psicólogo Robert Rosenthal quien fue principlamente investigador en las ciencias del comprtamiento de la Universidad de Harvard. Sus estudios se basaron principalmente en el ámbito escolar.

 

La profecía autocumplicumplida significan términos simples: lo que los demás esperan de nosotros nos lleva a cumplir dichas expectativas. Es decir, cuando se tiene una clara creencia sobre alguien, este creencia termina por cumplirse.

Para comprender mejor el fenómeno, revisemos el mito “Pigmalión y Galatea” del poeta antiguo Ovidio.

El escultor de Chipre, Pigmalión, se propuso a sí mismo un importante desafío: enamorarse de una mujer perfecta, a propósito de la imposibilidad de tener como mujer a la diosa Afrodita, quien representaba la perfección en cuanto a belleza. Dedicó su pasión, el arte, a crear a Galatea, quien representaría a la mujer de sus sueños, La esculpió delicadamente con un cincel y con el tiempo le regaló su forma a una piedra de marfil, la forma de una mujer perfecta. En su obsesión por lograr aquello, se perdió además la oportunidad de encontrar a una mujer que fuera de carne y hueso, y no una fría piedra. Sin embargo, con el paso del tiempo Pigmalión comenzó a sentir un fuego por dicha figura y sin darse cuenta, se enamoró perdidamente de ella.

El mito cuenta que mientras más sentía el frío de la escultura de mármol al abrazarla, su deseo hacia ella aumentada, entonces en su desesperacion comenzó a suplicar a la diosa Afrodita que le diera vida a su escultura para que su amor fuera correspondido.

“Si es verdad que tenéis tanto poder, os ruego deis vida a esta estatua para poder casarme con ella”…súplicas de Pigmalión.

Afrodita conmovida por el sufrimiento amoroso de aquel hombre concedió su deseo, dio vida a Galatea, luego se casaron y tuvieron un hijo.

La alta expectativa de una mujer perfecta, fue lo que convirtió el deseo de Pigmalión en realidad, sin embargo podemos notar que Pigmalión se enamoró en realidad de si mismo, ya que la escultura fue creado bajo sus deseos, a sus propios intereses que estaban basados en sus inicios en la imagen perfecta de una mujer, imagen que puede volver escalvo a una persona de su propia vanidad.

No es extraño que las personas aspiren a lo mismo que a Pigmalión, ya que es una vía fácil tener a una persona como compañero o compañera bajo los propios cánones, en este caso el mito se convierte en un eco de la vida actual. Sin embargo, en el mundo real no tenemos a Afrodita que escuche y haga realidad nuestros deseos. Esto últimos a veces se convierte en un verdadero parto en la vida de las personas cuando no aceptan al otro tal cual es y se obsesionan en querer cambiarlo a una construcción idealizada puramente humana.

Si pudiéramos navegar por las progundidada de Pigmalión podríamos encontrar a un horade desdichado, por perderse la posibilidad de sorprenderse con aquellas imperfecciones de los otros y aprender además de las mismas, se perdió la posibilidad de una aventura amorosa real.

Si lo anterio lo llevamos a la vida real no existe ninguna intervención divina en el efecto Pigmalión, sino que cuando tenemos una expectativa de alguien, por ejemplo: “mi hijo es inteligente” , el trato que se le da a esa persona es de “una persona inteligente” , por lo tanto el hijo también trata de cumplir la expectora que tienen de él y termina siendo una “persona inteligente”

Finalmente, las expectativas que que los otros tienen de nosotros nos impulsa a cumplir dichas expectativas, en donde hay que tener cuidado es cuando las expectativas son negativas, ya que pueden afectar a tu autoestima.

Ps. Alma Bascuñan S.

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Psicologos y Salud

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