“La adolescencia no es la edad de la venganza, ni de la enemistad, sino de la conmiseración, de la clemencia y de la generosidad”
Rousseau, J.
Lo anterior se convierte en uno de los conflictos más frecuentes que se pueden observar en adolescentes por lo tanto el trabajo terapéutico consiste principalmente en otorgar un espacio en donde el o la adolescente está en condiciones de tolerar una fórmula de transacción menos dolorosa. Mientras tanto físicamente el o la adolescente crece y se fortalece día a día, paralelo a ello surgen una seguidillas de necesidades, con las que podríamos suponer un velo de debilidad ya que muchas de aquellas no están resueltas, pero que considerablemente se encuentran en armonía en su condición natural, por lo tanto podríamos suponer que como hombre adulto es aún frágil, pero como un niño es demasiado fuerte.
Hay que tener en cuenta también que la transición de la pubertad a la adolescencia se resuelve de forma torpe y excéntrica, alejándose de la dependencia para encaminarse, casi a ciegas, hacia la condición de adultos. Por lo tanto también esto involucra cambios significativos en las relaciones de apego, ya que la forma de organizar sus relaciones presentes y futuras se sobrellevan desde el afecto y las distintas características emotivas que tengan dichas relaciones.
La adolescencia es una etapa en la que se transita un camino que lo llevara a convertirse en un adulto idealmente responsable y socializado, pero para ello éste debe afrontar sus propios cambios personales que muchas veces se convierten en algo insoportable y doloroso. Para comprender una parte de aquel transitar adolescente, el entorno desempeña un papel de mucha importancia, ya que dificultades de las dificultades provienen de factores ambientales, por lo tanto es relevante comenzar a comprender su universo social.
La adolescencia es un momento y consta tan sólo de unos pares de años, en nuestra cultura occidental sabemos que los adultos son el producto de procesos naturales que parten de la adolescencia y que avanzan hacia a delante guiados por las tendencias propias del crecimiento las cuales atraviesan numerosas crisis que ofrecen a su vez un nuevo mundo por descubrir y que se resuelven con el tiempo. Por naturaleza los adolescentes tienden a aislarse, ya que dicho momento crítico puede ser un punto de partida para la culminación de las relaciones entre individuos y de la socialización mediante la integración de gustos compartidos entre pares.
El proceso anterior puede verse afectado cuando, por parte de los adultos, no esta presente la tolerancia necesaria creando en el joven dificultades innecesarias.
0 comentarios