La depresion posparto
afecta entre un 10 y un 20% de las mujeres que dan a luz, siendo la mayor incidencia en madres con un estado socioeconómico complejo, carencia en redes de apoyo, con un proceso de lactancia complejo y en madres adolescentes. Hay que saber que, cualquier cuadro depresivo altera de forma global el funcionamiento de la persona, es decir, repercute en las relaciones interpersonales, en el funcionameinto conductal y cognitivo. En el caso de las mujeres, la incidencia de desarrollar un cuadro depresivo en una edad más temprana que en los hombres, por lo tanto hay una factor preponderante asociada al género que puede contribuir, entre otros factores más, al desarrollo de una depresión post parto.

Es importante mencionar que desde los tiempos de Hipócrates las dificultades asociadas a la maternidad quedaron en sus registros llamándolas como “psicosis” o “locura del puerperio”, lo cual nos revela que la depresión posparto han acompañado a las mujeres como una sombra durante miles de años.
Los síntomas más característicos de un estado depresivo son:
- Falta de interés en las actividades habituales
- Sensación de agotamiento constante
- Alteraciones en el sueño
- Alteraciones en la conducta alimentaria (Hipofagia e Hiperfagia)
- Disminución en la capacidad de concentrase
- Irritabilidad emocional
- Molestias somáticas constantes
- Ideas de desesperanza y culpa
¿Cómo se puede llegar a sentir una mujer después de dar a luz ?
Expresiones como: “El recién nacido está allí y pareciera que nada funcionara”, “me siento una mala madre”, “no seré capaz de cuidar a mi bebé”. Al igual que el resto de los trastornos depresivos, las mujeres experimentan principalmente la sensación de
falta de energía, sentimientos de inutilidad, inclusive pueden pensar en el suicidio. En los primeros días de haber dado a luz, dicho estado emocional se vuelve más evidente lo cual se entrecruza con los registros culturales que tenemos sobre la idea que la experiencia del nacimiento suele ser una de las mejores experiencias de la vida y que vienen cargada de alegría y satisfacción. Cuando aquello no ocurre, las madres experimentan durante algún tiempo estados de ánimos bajos, una sensibilidad emocional fuera de lo habitual, cansancio, miedo al fracaso, desvelos matizados con sentimientos de culpas, etc.
El sufrimiento emocional va de la mando con cualquier cuadro depresivo y se comporta, en una gran medida, como un dolor físico, por lo tanto, las madres
disminuyen considerablemente el esfuerzo por cuidar del recién nacido e inclusive pueden presentar ideas de dañarlo.
¿Cuáles serían las causas?
Desde una postura médica, hay estudios que señalan que la depresión postparto se gatilla por un desbalance hormonal, sin embargo hasta la fecha no hay evidencia en que exista una relación directa en donde una depresión pueda ser desencadena exclusivamente a cambios hormonales de la madres que han dado a luz. De hecho, haya estudios que han develado que la depresión postparto también ha sido observada en los hombres que han sido padres.
En donde sí hay mas coherencia es en los factores psicosociales asociados a la experiencia de las madres y/o parejas enfrentada a la maternidad. Factores como:
- Experiencia de parto traumático.
- Violencia obstétrica.
- Problemas de lactancia que pueden desencadenar estados psicológicos asociados al desánimo y la frustración.
- Falta de apoyo social o ambiental antes y después del parto.
¿Cuáles serían las consecuencias de padecer una depresión post parto?
En el caso donde la vivencia prenatal de la madre está asociada a situaciones altamente angustiosas, los procesos de apego en la primera etapa de la maternidad se pueden convertir en un proceso complejo para la madre que repercuten de manera directa e inevitable en el recién nacido. Sin embargo, son pocos los casos en donde las madres lo abandonan o lo dañan producto de un estado depresivo posparto. Lo que sí ocurre habitualmente es que el padre del recién nacido o algún cercano despierta el interés de cuidarlo, mitigando un poco la carencia de la madre.
El apoyo social sigue siendo un factor protector para evitar riesgos.
Tratamiento
En casos más graves se utiliza tratamiento farmacológico que ayudan a la depresión y a la no interrupción de la lactancia. El
tratamiento psicológico es necesario en la mayoría de los casos, para abordar aquellos elementos que desencadenan los síntomas y la persona logre adaptarse a la nueva situación familiar y a vincularse con el recién nacido, posicionarse en su nuevo rol y de disfrutar su nueva vida con su hijo (a).
¿Sientes que tú o alguien cercano puede estar pasando por una depresión posparto? Te recomendamos
contactarnos cuanto antes para evitar que el problema se convierta en algo más serio.
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