“La causa del suicidio no es la depresión, la causa radica en la desesperanza”
Balbi
La OMS ha informado últimamente que una persona se suicida en el mundo cada 40 segundos, también dice que en los últimos 40 años la tasa de suicidios ha aumentado en un 60%, en algunos países está dentro de las tres primeras causas de muerte en personas de 15 y 40 años y en otros tantos está ubicado en el segundo lugar en personas entre los 10 y 24 años. Por lo tanto, estar consciente que cada día personas se suicidan y saber que la mayoría de éstos y éstas ocurren en la etapa de la juventud, es un problema grave que tenemos al cuál no se puede estar indiferente.
Sabemos también que es un asunto complejo, ya que el problema involucra factores sociales, psicológicos, culturales y ambientales, lo que implica un trabajo en conjunto para el levantamiento de investigaciones, intervenciones, educar a los jóvenes sobre el tema, generar mecanismos de prevención, re – pensar nuestra sociedad, etc.
Sin embargo, todos aquellos esfuerzo que se puedan estar haciendo en la actualidad no han arrojado resultados favorables, ya que la tasa de suicidios e “intentos de” aumentan cada día, por lo tanto hay que tomar nuevas direcciones que apunten a los sustancial del problema.
De todos los factores antes mencionados, aquellos que son psicológicos son los que determinan la toma de una decisión final, que para la persona que la vive en ese momento significa una única solución o posibilidad posible, ya que para tomar una decisión tan dolorosa hay que estar en un estado mental determinado.
No obstante, para el sentido común, una decisión de este tipo no cabe en lo que sería una decisión razonable, ya que está matizada de elementos religiosos y jurídicos, por lo tanto la persona que comete un acto de este tipo sería un individuo que no está en sus cabales, que está en un estado patológico, o que solo bajo su “trastorno” puede tomar una decisión así.
Creemos que lo que lleva a una persona al suicidio es principalmente la desesperanza, la poca expectativa en los proyectos de vida. En este sentido, nuestro aporte desde la psicoterapia es lograr en conjunto con la persona un re – encantamiento con la vida, a fecundar sentimientos menos dolorosos y a encontrar un sentido en su existencia.
“Hay viento, hay frío, hay niebla… y este mundo no me gusta, voy a saltar y a volar, ya no quiero vivir más, la vida es una mierda”
– Lilya
Ps. Alma Bascuñán
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