Todos los niños deberían tener metas alcanzables que puedan llegar a cumplir, ya que aquello los ayuda en su desarrollo como persona, favorece el aprendizaje, eleva su autoestima y los ayuda a sobreponerse frente a experiencias adversas.
Colocar pequeños desafíos hace que el niño o la niña se sienta capaz de aprender cosas nuevas y ha cerrar etapas de forma positiva, esto implica haberse sobrepuesto a la frustración, a la ira, a la desmotivación, es decir, a todos aquellos obstáculos que siempre están presente en el proceso de aprendizaje y de la vida. Saber sostener como adulto todo aquello que al niño o niña le pasa surgirá en el un sentido de seguridad por parte de sus padres y esto favorece de forma muy positiva en su autoestima.
A veces ocurre que los padres se sientes inseguros en su rol y no ejercen su autoridad de manera adecuada, lo cual puede resultar dañino, ya que su tarea fundamental es generar seguridad y hacer cosas que los niños no pueden, como por ejemplo: ponerles objetivos por alcanzar. No hacerlo puede acarrear problemas mayores a futuro.
Que implica poner una meta
Una meta supone un reto, un desafío para el niño o niña. Sin embargo, se necesita que el adulto esté constantemente motivándolo hasta que se desarrolle la autoconfianza.
Los desafíos deben estar a la altura del niño o la niña y de sus habilidades. Siempre hay que comenzar con lo más sencillo e ir incrementando poco a poco, de esta manera el niño va adquiriendo seguridad. Colocar un desafío brusco, de un día para otro, puede ser incluso violento para un niño o niña.
Los desafíos deben ser explicados con claridad y bien demarcado, indicando: hora, día, y las condiciones ambientales.
Los desafíos deben estar relacionado también con alguna actividad que le sea agradable. Por ejemplo si tú plan es generar hábitos de estudios, hay que partir por la materia que más le gusta.
Hay que darle la oportunidad de aprender de los errores ya que es parte del proceso de todo tipo de aprendizaje.
Los niños y niñas necesitan mucho de la aprobación de sus padres o referentes, por lo tanto siempre hay que reforzar positivamente lo logrado.
Evitar realizar el trabajo por ellos, la labor de los padres es guiarlos para lograr sus meta. Esto se logra con amor, paciencia y calma.
Para que el niño cumplan con los desafíos impuesto por sus padres, debe haber una relación de respeto mutuo y eso pasa con enseñarles a través del ejemplo, respetando a la pareja, a los amigos, a la familia, a los hijos, etc.
En la medida que el adulto se relacione de forma saludable el niño respetara también cuando con autoridad se deba poner limites o desafíos.
Si sientes que no eres capaz de establecer un plan de desafíos, es mejor asesorarte y pedir ayuda de forma temprana.
Puedes contar con nosotros para guiarte, sólo debes contactarnos.
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