Según las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) la tasa de desempleo para profesionales ha ido en incremento, mientras hace seis años los profesionales universitarios cesantes llegaban a las 76.120 personas (trimestre julio-septiembre de 2013) en 2017 la cifra llegó a las 122.550 personas y en 2019 alcanza los 158.330.
La educación durante mucho tiempo ha sido vista como fundamental para la movilidad social ascendente, es decir un medio para poder optar a una mejor calidad de vida. Esto como un fundamento de la sociedad contemporánea se ha conocido como meritocracia. Por la misma razón muchas personas deciden estudiar y formarse con la intención de mejorar su bienestar, sin embargo la amplia oferta en educación superior y las bajas demandas profesionales debido al lento crecimiento del PIB, según explican economistas, genera una alta tasa de desempleo para los titulados por ser un recurso humano más costoso.
Estas cifras son claramente desalentadoras para quienes invirtieron tiempo, esfuerzo y dinero en un proyecto que no se consolida laboralmente. Muchos profesionales se han visto en la necesidad de trabajar en ocupaciones muy distintas para poder subsistir, tanto en lo que respecta a función como remuneración esperada. Sin duda esto genera un tremendo golpe emocional que muchas veces se puede traducir en un problema psicológico grave.
Varias investigaciones han establecido correlaciones negativas entre desempleo y salud mental. La falta de trabajo tiene muchas implicancias vitales, sobre todo cuando el nivel de endeudamiento por estudiar alcanza cifras desmesuradas. La depresión y el suicido asoman en el horizonte de personas que por no tener una oportunidad laboral se sienten fracasados y perdidos.
¿Qué se puede hacer?
En primer lugar es importante que puedan identificar cuan intenso es el malestar que causa el desempleo y cuanto influye en su día a día. Generalmente la sintomatología depresiva lleva a la inercia y la inercia a mayores sentimientos de incompetencia por lo que estar en un bucle de esta magnitud puede significar requerir la ayuda de un profesional en salud mental.
Algunas cosas que puedes intentar y que seguramente podrán serte útiles son las siguientes:
- Acepta un trabajo temporal o que no cumpla plenamente con tus requisitos dentro de lo que estudiaste. Podría ser una buena oportunidad de demostrar tus capacidades y poder optar a mejores opciones dentro del mismo trabajo u otro. Si lamentablemente no se dan las condiciones la experiencia adquirida te servirá.
- Trabaja ad honorem o como voluntario: Este punto se relaciona bastante con el anterior, sin embargo presenta la dificultad de invertir tiempo en algo que no conlleva remuneración y por lo tanto algo de lo que no se puede vivir. Sin embargo, puede ser mitad de jornada y complementable con un trabajo remunerado. Te permitirá adquirir experiencia y prestar un servicio a los demás, que sin duda tiene un efecto positivo en el estado de ánimo.
- Comienza tu propio negocio: Esto significa poder incursionar en el mundo independiente, lo que puede implicar importantes desafíos, pero también recompensas. Si te apasiona lo que estudiaste puedes llevarlo a esa área, pero fácilmente puedes escoger otra que te acomode.
- Formarte: Puedes seguir estudiando, esto no significa inscribirte en un curso, diplomado, posgrado o pos-título necesariamente, aunque si puedes hacerlo contribuirá a tu curriculum.
- Inicia un blog profesional: Esto apunta esencialmente a ocupar las redes sociales para darte a conocer así como también un trabajo constante de estudio y preparación que podrá situarte como experto en temáticas de tu área.
- Utiliza el tiempo para desarrollar ideas: Muchas veces las buenas ideas vienen de improviso, trata de tener algo donde puedas anotarlas y dedicar tiempo a desarrollarlas en el sentido de planificar como llevarlas a cabo y cuando.
- Haz contactos: Hoy en día la mayor parte de las relaciones se da de manera impersonal a través de un correo o por redes sociales. Es importante el cara a cara, la conversación y el conocer personas que puedan darte una mano. No temas a decir que estas desempleado, piensa que hay muchas personas en la misma situación que tú.
- Haz actividades placenteras: No te encierres en el mundo caótico de la incertidumbre de no encontrar trabajo, trata de no dejar de lado tus pasatiempos y tus amigos. Si además puedes hacer actividad física, te ayudará
- La preponderancia del azar: Comprende que muchas cosas dependen de ti, como tener una rutina en tu búsqueda de trabajo, sin embargo otras son en gran parte azarosas y no dicen nada de ti ni para bien ni para mal. A veces la elección de un candidato obedece más a cuestiones irracionales o sesgos cognitivos que a una evaluación acuciosa de las capacidades personales.
Para finalizar, sigue intentándolo y ánimo. No decaigas.
Ps. Alma Bascuñan S.
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