“El comportamiento paradójico de los adolescentes, sus aparentes contradicciones, no se conciben, sino como ensayos”
-Rassial
La adolescencia es una etapa de la vida en que se experimental diversos procesos físicos y existenciales que no son lineales, en el caso del embarazo en esta etapa lo podemos definir como: “una experiencia que funciona como una salida a la resolución de diferentes conflictos de tipo psicológicos que son vividos”.
Como punto central diremos que la adolescencia no corresponde sólo a una edad determinada de la vida, sino que, se da en un momento determinado, en un tiempo único para cada persona y en un lugar que es ocupado por la joven dentro del núcleo familiar.
En ese sentido, lo que se juega en esta etapa en un ámbito psicológico son principalmente:
- El ser, esto implica la difícil transición de pasar de ser una niña a ser una mujer. En el caso de embarazo en adolescentes el “ser madres” no se sostiene sólo por ser mujer, sino que se sostiene por el acto de dar a luz a una nueva vida.
- El poder, lo que se relaciona a la capacidad de dar vida, de poder entregar algo, de poder cuidar a alguien lo cual de una manera u otra manera, sostiene a la madre adolescente llenándola de sueños y esperanzas.
- El tener, sentir que tienen algo propio determina ya un nuevo lugar en la familia y en la sociedad. Ya no es la niña adolescente, sino que es madre, es una cuidadora y en la mayoría de los casos lo asumen como tal, pese a las dificultades que pueden vivir.
Por lo tanto, el estado de embarazo es un proceso psico – biológico que hace sentir generalmente bien a quien lo vive, la persona se siente llena, se siente orgullosa de su panza que crece cada día y esto es transversal a todas las edades, por lo tanto no es extraño escuchar a madres adolescentes embarazadas que se sienten bien y orgullosas en esta etapa.
La gran diferencia se encuentra en que éstas últimas deben enfrentar, en la mayoría de los casos, condiciones desfavorables para criar al bebé desde el momento en que lo carga en sus brazos y en ese momento que es donde comienza la etapa de la crianza, se pasa de la alegría y disfrute a la sensación de malestar, trayendo consigo una larga lista de problemas de tipo psicológicos, económicos, familiares y sociales.
“Me dieron como ganas, entonces yo le dije a mi pololo que yo quería tener un hijo”
( J.L. 17 años)
Entonces, sabemos que el bebé para una madre adolescente se presenta como una vía de escapa para resolver problemas familiares particulares y en algunos casos, luego de que la crisis familiar decanta, los lazos entre los miembros se fortaleces y en otros puede ocurrir lo contrario.
Como sugerencia siempre se opta como primera opción la prevención que apunten a abarcar las perdidas propias de la adolescencia y a propiciar un espacio de escucha para resolver preguntas personales. En el caso que lo anterior no sea propiciado por la familia lo mejor es buscar ayuda.
Ps. Alma Bascuñán
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