El juego es en sí mismo una actividad que fascina a todos los seres humanos, puede estar presente en todas las edades y en todas las culturas.
Siendo una actividad transversal, cultural y simbólica, por lo tanto ocupa un espacio en la sociedad y en nuestro psiquismo.
Contempla un espacio paralelo como lo es también la literatura y dispone de cualidades elementales: la facultar de sustraerse en el tiempo, de construir un espacio propio y ajeno, por lo tanto entrega también un gran sentido de libertad en este espacio que pasa a ser entonces cerrado y que dispone de sus propias reglas.
Los videojuegos, a diferencia de los otros tipos de juegos que conocemos, ocurren en ambientes virtuales en los cuales se dan eventos reales y significativamente aumentados, como por ejemplo: se exploran áreas, se realizan descubrimientos o se aumentan las competencias del jugador. Este tipo de juegos, están diseñados en base a un elemento llamado “círculo mágico” , término que pertenece a Johan Huizinga en los años 50, espacio en donde las personas se sumergen al momento de experimentar “ser un jugador” o ser un “gamer” y básicamente se entretiene en él por lo tanto el deseo de jugar va en aumento.
Este espacio de juego o “gamespace” ofrece al jugador un mundo muy distinto a la realidad, un mundo atractivo, llamativo en donde éste se siente parte de ese espacio y puede tomar decisiones de forma autónoma. Por lo tanto, el ser partícipe de un videojuego le ofrece una experiencia mágica y muy alejada de la realidad, resultando muy tentador pasar largas horas haciendo lo se quiere.
Lo que convierte entonces muy atractivo a los video juegos es que éste se constituye de un orden natural, dispone de sus propias reglas lo cual permite al jugador estar en una renovación constante , ofreciéndole ciertos riesgos y retos muy atractivos, llenos de tensión, de incertidumbre, de omnipotencia y poder, actuar como se quiera, sentir el vértigo de la velocidad, cazar monstruos, viajar por el mundo, retroceder en el tiempo y pasa a ser un guerreo espartano, viajar por el mundo, en fin…. vivir la paradoja de la vida sin conflictos morales.
Finalmente, los videojuegos hacen posible lo lúdico y facilita la experiencia creativa de manera libre.
Ps. Alma Bascuñán
0 comentarios