“Estas diferencias que establecimos con los demás en relación a una raza o etnia, que puede estar orientado a personas o grupos no es demográfica ni concreta, sino que es simbólica”.
Balibar
En Chile actual, y ha sido también un tema a nivel mundial en los últimos meses, los temas asociados a fenómenos migratorios ha dado de que hablar, pero en nuestro país sigue siendo aún un “problema” para el área de la educación y de la salud mental, ya que existe una idea enquistada en la sociedad que las migraciones tienden a tener características negativas y que contribuyen un riesgo para el orden social y para las personas. Lo anterior puede traer como consecuencias expresiones de rechazo, como por ejemplo, actitudes colectivas y formaciones ideológicas concentradas en torno al tema del rechazo por el extranjero, por lo tanto, algunos grupos de personas que migran a nuestro país están sujetas a diversos y enigmáticos modelos de integración y también a distintas formas de rechazo.
La forma mas extrema, dañina y dolorosa para las personas es el racismo ( como movimiento ideológico) , pero también nos podemos encontrar en lo cotidiano con expresiones que presentan características racistas o discriminatorias. La palabra racismo presenta, en términos generales, dos polaridades en su definición, una positiva y otra negativa:
La primera, tiene que ver con el reconocimiento de razas dentro de la especie humana y en un sentido más ideológico se podría decir que tiene como objetivo la idea de que las razas pueden potencian el sentido de supervivencia y adaptación, es decir, algo mas cercano a su naturaleza.
La segunda, en un sentido negativo en donde su definición es entendida como un concepto que refleja odio hacia otros grupos étnicos y en donde se observa maltrato o violencia y que puede traer como consecuencias mucho sufrimiento para las personas.
En este último sentido es en donde las diferencias que se hacen notar dificultan aún mas las experiencias migratorias, por lo tanto también en expresiones tales, podemos ver que por un lado existe la persona o grupo que ejecuta comportamientos poco integradores que habla mas de una persona con inseguridades, miedos y poco tolerantes ante las diferencias. Y por otro lado tenemos al que recibe el resultado de aquellos aspectos psicológicos asociados a expresiones poco integradores, que lo vive como un rechazo, como una bofetada a su autoestima y por sobre todo, con tristeza.
Comprendemos que, en ambos casos las personas no disponen de un núcleo identitario lo suficientemente fuerte que les permita hacer frente a dicha situación y en donde evidentemente pueden existir aspectos psicológicos importantes que se pueden abordad desde la psicoterapia con el propósito de fortaleces los vínculos afectivos y la identificación que se tiene con nuestros pares, aceptar que la migración es una función cultural positiva y que no se trata de dominar a otros, sino de aceptar, incluir y comprender.
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